Las tradiciones familiares son la base de la creación de la Panadería Espiga Dorada, negocio fundado en 2017 por Isaías Caballero en el municipio de Dorada, ubicado en el departamento del Putumayo. “Es una trayectoria que tengo desde mis padres que me enseñaron este arte de la panadería y es una forma de poder salir adelante y conseguir el sustento de mis hijos de una manera sana y con buenos principios”.

Como muchos emprendimientos, obtener el capital inicial para dar los primeros pasos, fue uno de sus principales obstáculos, así que para solventarlo acudió a créditos bancarios, con los desafíos que esto conlleva, pues el cumplimiento de dichas obligaciones se convierte en un compromiso que muchas veces se torna complejo particularmente mientras los negocios se posicionan y logran una base de clientes estable. Y, en el caso de la panadería, no fue la excepción. “En un momento pensé que no podía continuar por tanto compromiso, pero con la ayuda de Dios y nuestro arduo trabajo salimos adelante”, recuerda su propietario.

Esta dedicación y esfuerzo, sumado a la buena atención a sus clientes han sido los motores del crecimiento de este negocio y a partir de allí continúan trabajando para lograr en pocos años tener una empresa aún más sólida y estable.