Una panadería que nació en 2018 como respuesta a una necesidad económica familiar, es hoy un negocio que produce y comercializa panes y panochas ancestrales y que genera, a partir de allí, el sustento no solo para sus propietarios. Mildred Piñeres, propietaria, explica la estrategia: “Damos oportunidad a otras personas de ganar dinero a través de la comercialización de nuestros productos, con lo cual no solo ganan entre un 25% y 30% de la venta, sino que las mantenemos motivadas a través de capacitación e incentivos”.

Se trata de la Panadería Ancestral, un negocio familiar ubicado en el municipio de Puerto Wilches, Santander. Uno de sus momentos más difíciles se dio cuando, ante la acogida de su producto, requirieron más capital para comprar materia prima y no lo tenían. Sin embargo, en palabras de Mildred, lo superaron gracias a su trabajo en unidad como familia y la confianza en el futuro de la empresa. Otra dificultad llegaba en época de invierno, pues la lluvia humedecía la leña con la cual se fabricaban sus productos afectando su sabor y presentación. Esto ya ha sido resuelto gracias a la compra de un horno.

Así, la historia de la Panadería Ancestral está marcada por el amor que sus propietarios le imprimen cada día, “hacemos todo como si fuera para nuestra propia familia”, y trabajan para tener muy pronto presencia en el comercio local, decorado de manera ancestral, donde, enfatiza Mildred, “los clientes se sientan como en su casa. Que todo el mundo quiera visitar Puerto Wilches y quieran probar productos ancestrales”.