“Desde muy niña les hacía ropa a mis muñecas, así que cuando tenía doce años yo sabía que eso era lo que yo quería. Es mi pasión y a cada cosa que hago le pongo el alma y el corazón. Hace diez años un concejal nos brindó la oportunidad de tomar unos cursos que me permitieron conocer más del oficio de la confección y como yo no desaprovecho la oportunidad de aprender, esto me sirvió para fortalecer mi negocio”. Con estas palabras, Dora Otavo relata los inicios de su empresa Corte y Confecciones Torres, ubicada en el municipio de Acacías, departamento del Meta.

En la historia de este emprendimiento hubo un momento complejo por el que debió atravesar su propietaria, pues, ocho años atrás, tuvo que someterse a una cirugía que le obligó a parar actividades durante tres meses, pero una vez logró iniciar de nuevo nada la ha detenido, ni siquiera la pandemia por el Covdi-19.

Corte y Confecciones Torres se mueve a partir de valores como la responsabilidad y el cumplimiento, sumado a un deseo permanente de su fundadora de dar lo mejor de sí misma para complacer los pedidos de sus clientes reflejados en prendas de gran calidad, de manera tal que proyecta llegar a más personas durante los próximos años y generar así nuevos empleos.