Un proyecto que nace con la más loable de las pretensiones, la de emplear madres cabeza de hogar desplazadas por la violencia, nunca podria ser frustrado por nada. Con ese objetivo nació Confecciones La Hormiga en el Valle del Guamuez en el Putumayo, de la mano de quién lo soñó: Carmelita Rivas.

Este emprendimiento, desde el año 2003 confecciona uniformes para colegios, hace bordados, arregla ropa, desarrolla trajes para obras civiles, realiza ropa típica floclórica y en general todo tipo de prendas de vestir. Y así como muchos emprendedores, a “Confecciones La Hormiga” también le llegó el momento de reinventarse, todo a partir de la pandemia por el Covid-19. “Ha sido nuestro momento más difícil, dice Carmelita, y se superó porque comenzamos a producir tapabocas  y dotaciones para con antifluido”.

Su filosofía de cumplimiento y calidad les hace atraer cada vez más clientela, con lo cual sienten que es su aporte social, pues gracias a la confección local, las personas evitan tener que movilizarse a otros municipios para conseguir lo que necesitan. Por eso la meta para los próximos años está puesta en tener un local propio y generar así más empleo, a partir de un crecimiento de pedidos y líneas de negocio.