“Todo surgió porque mi hija soñaba con ser patinadora y desde allí me nació la idea de formar una escuela de formación deportiva de patinaje, que con el tiempo se convirtió también en un almacén de productos deportivos”. Así recuerda Sandra Guerra los inicios del “Almacén y Escuela de Patinaje la Hormiga”, resaltando que fue el amor el motor de este negocio y un anhelo de ayudar a muchos niños a tener una actividad sana que les evitara ir por caminos equivocados.

Y lo han cumplido. Han visto padres con lágrimas de felicidad y emoción por los logros de sus hijos y que ven cómo, gracias a la práctica deportiva, aprenden valores como trabajo en equipo, saber perder, disciplina y responsabilidad. “Estos sentimientos no los pagas ni los compras con dinero y a nosotros como empresa nos deja gran satisfacción”.

En ese camino, que inició en el año 2012, han aprovechado cada oportunidad para darle mayor solidez a la empresa. Es así como formaron parte de los programas del Centro Sacúdete, gracias a los cuales fortalecieron sus canales de venta al incursionar en la comercialización digital y ampliar su potencial de crecimiento. Su mayor meta es tener su propio local y luego abrir otros en diferentes ciudades.